La peli o la novela valen la pena, de verdad. La vida vale la pena; cada instante en que uno ama y es amado -aunque los recuerdos se vayan evaporando- es un regalo de Dios. Si uno pierde la memoria siempre debería haber alguien cerca que le recuerde quién es -aunque sea en silencio, con la presencia-.
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A mi padre, con cariño
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